Resiliencia en cuidadores
  06/07/2017

Resiliencia en cuidadores


La resiliencia es la capacidad para afrontar la adversidad. Es un proceso dinámico que comprende la adaptación positiva dentro de un contexto significativamente adverso. Por lo tanto, en el contexto del cuidado al familiar enfermo, hace referencia a la capacidad del cuidador para enfrentar los estresores derivados de la situación del cuidado, sin que su salud física y psicológica se vea gravemente comprometida, ni su funcionamiento habitual alterado.

 

Los diferentes estudios realizados hasta el momento sobre la resiliencia, han evidenciado su interrelación con las distintas variables relativas a: el contexto y transiciones de la cura y, al estado del enfermo y los recursos utilizados por el cuidador. El apoyo social recibido por el cuidador, la valoración que hace de los estresores o las estrategias de afrontamiento utilizadas, son también factores tradicionalmente vinculados a su resiliencia. La literatura más reciente concluye que los aspectos subjetivos relacionados con los recursos internos y su manera de valorar la situación, son los que realmente determinan la adaptación a las circunstancias. Además del tipo de relación previa a la asistencia entre el cuidador y la persona dependiente. La calidad de éste vínculo modifica la relación entre el estrés experimentado y sus consecuencias en la salud del cuidador, actuando la percepción de intimidad y de afecto con respecto a al persona como estrategia de afrontamiento, y repercutiendo por eso, positivamente en la resiliencia de la persona.

 

Altas puntuaciones en resiliencia se han asociado a una elevada satisfacción con aspectos de la personalidad del cuidador, como bajos niveles de neuroticismo y altos niveles de extraversión, autoeficacia, autoestima y autocuidado. Por lo tanto, no todos los cuidadores responden de la misma manera al estrés; las personas resistentes, tienden a utilizar más estrategias efectivas, siendo las más eficaces las centradas en el propio problema, y no tanto en la emoción que éste suscita.

 

Dentro del sufrimiento emocional en el cuidado del familiar enfermo, se da también un desarrollo personal. Han descrito que, mayores niveles de duelo pueden predecir mayor sensación de crecimiento (Leipold et al., 2008). No obstante, en relación a la depresión, Ott et al. (2007), han descrito que, niveles elevados de sintomatología depresiva disminuyen los niveles de crecimiento personal. Probablemente porque en el duelo hay una pérdida anticipada y el cuidador puede ir desarrollando nuevas cogniciones dirigidas a paliar su malestar, lo que implica un crecimiento personal, a diferencia del cuadro depresivo, que podría ser el resultado del fracaso de tal estrategia de defensa.

 

La investigación en éste ámbito es relevante para poder entender y potenciar, los mecanismos que actúan como factores de protección ante situaciones de riesgo. Desde el punto de vista clínico es interesante para la elaboración de futuros programas de prevención y promoción para los cuidadores, y para tener más conocimientos sobre cómo se comporta la resiliencia como factor de protección en situaciones de estrés crónico.

 

Natalia Cuenca

Enfermera y Neuropsicóloga Clínica

C/ Llagostera, 4- Tel. 93 455 86 30

www.centrosamunt.com


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